Facundo Rozas (@FacuRozas)
Nuevamente la lucha del pueblo Gimnasista ha sido boicoteada por su propia comisión directiva. El “Lobo” hace de local en el estadio Ciudad de La Plata, con la excusa de premiar a los socios.
La vuelta al público iba a traer problemas, no por la gente sino por los dirigentes del fútbol argentino. Se veía venir. El DNU habilitante no salió hasta un día antes de la fecha 14; estadios que superaron ampliamente el cincuenta por ciento de la capacidad permitida, y presidentes de clubes imputados; tribunas con el público amontonado; el Ministro de Seguridad informando que no se haría cargo del control de los requisitos; y el club de Gimnasia y Esgrima con la falacia de premiar a sus socios yendo al Ciudad de La Plata, uno de los símbolo antigimnasista.
Primero hay que desnaturalizar que ir a la cancha no es ningún premio, es el derecho que tiene el socio de cada club al pagar la cuota, como la de participar en la vida política o utilizar las instalaciones. Que si es por el límite de espectadores, tampoco. El que hoy se asocia tiene el mismo derecho de ir que el que pagó la cuota durante toda la pandemia. En definitiva usan al socio, como excusa.
El regreso a “El Bosque” parecería estar cada vez más lejos. Ayer quisieron ir por “obras”, hoy van por el aforo, y mañana será con un plebiscito. Esto último vaya uno a saber el por qué y para qué ¿Será que los dirigentes no quieren defender el patrimonio institucional, o para esconderse bajo el ala de una decisión popular?

Gimnasia se transformó en el único club de primera división en cambiar de estadio tras el regreso del público. Y les vino como anillo al dedo, pues sabían que el regreso a las tribunas estaba a la vuelta de la esquina. Se movieron poco y nada.
La promesas que no fueron
La intención de la comisión directiva del Club, presidida por Gabriel Pellegrino, era jugar en el campo de 25 y 32, hace años. Por eso no se invirtió más en materiales para continuar con la Platea Néstor Basile por más de cinco años. Recién ahora, hace menos de un mes, llegó el lunes que el presidente tanto prometió y la construcción de la “H” avanzó un poquito, apenas 24 metros.
El argumento de “premiar” al socio hizo, hace y hará agua por todos lados mientras siga habiendo una cd desaparecida, sin intención de ampliar el estadio Juan Carmelo Zerillo. Donde quedó demostrado la incapacidad de gestionar. No dan a pensar que es solo una excusa porque si realmente pensaban en ellos, le hubieran dado aunque sea un barbijo “oficial” a quienes hacían malabares para pagar la cuota en plena pandemia.
No solo no piensan en el socio, sino que se creen dueños del club, hacen y deshacen a su antojo. Los mismos son responsables de expulsar y bastardear a todo símbolo popular que se pusieron a Gimnasia en el hombro: “Chirola”, Troglio, Alicia Casamiquela y familia, Lucas Lobos, la “Dupla Técnica” y tantos otros.

Nada casual las palabras de Pellegrino hacia la dupla técnica tras ser echados, especialmente a Mariano “Potrerito” Messera. Tanto Martini como él defendieron a capa y espada el patrimonio, los intereses, y la historia de Gimnasia desde adentro. Más allá de los resultados, se negaron en varias oportunidades en jugar en el Ciudad de La Plata y alzaron las banderas de “El Bosque” bien alto.
La situación de Messera no es casual para la lógica empresarial, la cual busca minimizar gastos generando culpa en las personas y jugando con sus emociones. El club también debe respetar a sus socios, graficarlos, y redistribuirle a ellos todo lo que hacen. Más si la institución les pide que trabajen para ella. El mismo destrato sufrió un programador, socio, al que le pidieron de la noche a la mañana que cree una aplicación para la vuelta del público, gratis, dejando de lado su sustento de vida.
El día del hincha y su significado
Festejar el día del hincha de Gimnasia, celebrarlo, implica estar de acuerdo con una lucha colectiva que empezó en 1990. Un diez de diciembre, un grupo de socios de la institución, encabezados por el periodista de la ciudad Néstor Basile, se movilizaron hacia la municipalidad para pedir la cesión definitiva de “60 y 118”.
Hasta el día de hoy pasaron varios presidentes, ninguno con intenciones genuinas de jugar en casa. En 2006, la presidencia de Muñoz colocó la semilla de la duda y tuvimos que ir obligados a jugar en 25. Mientras tanto las intenciones de volver a casa no existían, de hecho todo lo contrario pasaba por la cabeza de la CD. que pretendían demoler con topadoras cada bloque de cemento y hormigón del Zerillo. Esto no pasó porque los mismos socios le hicieron frente con su propio cuerpo.

Resabios de un pasado oscuro
Parecería que desde la dirigencia hay intenciones similares. Gimnasia no jugaba dos partidos seguidos -parece que serán tres- en el recinto provincial desde esa época.
De esta situación no queda extinta ninguna rama política. Ni oficialistas, ni opositores. Ambos son responsables del presente institucional, pues nos alcanza con hacer memoria y recordar que tanto Mariano Cowen como Salvador Robustelli permitieron la participación de “Gimnasia Positivo” en las últimas elecciones. Cuando estos últimos no habían entregado los requisitos necesarios, en tiempo y forma, para presentarse en el proceso electoral.
Quienes no aceptamos semejante atropello, y resistimos, seguimos el consejo presidencial de ver a nuestro club por televisión. Pero de seguro, el socio en su conjunto, sigue esperando cada comienzo de semana, tal vez, quizás, porque cae lunes. Día en el cual “comenzaban las obras” en la “Platea H”.
Qué mejor que invertir en él, y hacer realidad el sueño de un Gimnasia más grande. Esto se realiza con proyectos y trabajos para: mejorar el Estadio – y no digo terminado porque a este ritmo… -; pensar un Bosquecito lleno de pibxs con la felicidad de ponerse la azul y blanca; una Estancia Chica abierta al público y que sea una alternativa para disfrutar el verano, con pileta, amigos y asados; o que el Polideportivo Victor Nethol vuelva a ser el “Poli” más importante de la ciudad, para luego serlo del país; en un club para el socio y por el socio.
En un país donde la devaluación es moneda corriente, invertir es poner cemento en tu propia casa.
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