Debut con derrota y aumenta la preocupación

Diego Ibarburu (@DiegoIbarburu)

Por la primera fecha del Grupo A de la Copa Sudamericana, San Lorenzo perdió 1 a 0 frente a Huachipato de Chile en condición de local en el Estadio Pedro Bidegain. El paraguayo Cris Martinez convirtió el gol del equipo trasandino, que lidera el grupo junto a 12 de Octubre.

1-A todo o nada: El nuevo formato de la Copa Sudamericana tiene la virtud de promover fuertemente la competitividad en la Fase de Grupos ya que solamente el ganador de cada uno de ellos clasifica para los Octavos de Final (donde se incorporarán los terceros de cada grupo de la Copa Libertadores). Este aspecto organizativo pareció meterse de lleno en la noche del “Nuevo Gasómetro” porque los dos equipos fueron en busca de la victoria desde el primer minuto, y fue el equipo chileno el que consiguió abrir el marcador a los 5′ con una jugada originada en una muy buena acción individual del argentino Walter Mazzanti -exAtlanta-.

2-Locura automática: El resto del primer tiempo San Lorenzo lo jugó acelerado y sin ideas. Sólo sus virtudes individuales le permitieron aproximarse con algo de peligro al área rival y de todos modos de nada le sirvió porque la ansiedad y el apuro le impidieron ser certero en la definición, al punto de que no se registró ninguna intervención importante del arquero Gabriel Castellón. El equipo de Diego Dabove atacó con velocidad de contraataque así hubiera dos, tres o diez jugadores rivales por delante y terminó chocando contra el orden y la firmeza de la línea de fondo visitante. Tanto desgaste, además, hizo que a la hora de defender el equipo no estuviera sólido, y con muy poquito Huachipato llegó a inquietar un par de veces a Sebastián Torrico, que respondió con solvencia.

Dabove no ve la hora de encontrar el equipo (Foto: @Sudamericana)

3-El que no cambia algo, no cambia nada: El segundo tiempo, que debía iniciarse con algún tipo de modificación de nombre o planteo por parte de Dabove, no mostró ninguna variante. Tal vez el DT creyó que el arte de insistir llevaría a su equipo a empatar el partido. Sin embargo solamente se acentuó la mala calidad de los ataques “azulgranas”, que terminaban en remates incómodos, forzados y/o tapados por el agrupamiento defensivo de Huachipato. No se vio de parte de los jugadores del “Ciclón” ningún tipo de falta de compromiso, pero sí el fastidio de jugar de manera deficiente. La estadística impresiona: San Lorenzo pateó 21 veces, no convirtió goles y solo una vez exigió la intervención del arquero rival (antes del gol del equipo chileno). El resto de los tiros no llegaron al arco.

4-Mas que un banco, un corralito: Otra cosa que lleva a pensar que Diego Dabove vio con conformidad el juego de su equipo, es que hizo solamente dos cambios en todo el partido. El que mejores intervenciones tuvo de los ingresados fue Lucas Melano, y de hecho por sus pies pasó la jugada más peligrosa del “Ciclón” en el segundo tiempo. Tras una buena combinación con Ángel Romero, el cordobés ingresó al área y llegó hasta el fondo para tirar un centro atrás que intentó rechazar un defensor visitante impactando la pelota contra el palo. Esta jugada se destacó por ser la de gestación más clara y no es casualidad que haya llegado al final del partido, cuando el cansancio y la frustración finalmente le posibilitaron a San Lorenzo elaborar algunos ataques un poco menos arrebatados. Con el equipo jugado en ataque en tiempo adicional, Huachipato tuvo dos oportunidades clarísimas para aumentar la ventaja pero Torrico respondió con toda su experiencia y el árbitro colombiano Andrés Rojas, de excelente tarea, dio por terminado el juego.

5-No hay equipo: Este San Lorenzo sigue sin ser el equipo de Dabove, ni el equipo de los Romero, ni ningún equipo. El técnico parece querer reproducir su experiencia en Argentinos Juniors pero no lo consigue porque ahora los rivales le proponen otra cosa y su localía es completamente diferente incluso hasta en las dimensiones del campo. Los jugadores le intentan responder y eso es bueno, pero la línea de juego no termina de asentarse y esto, desde ya, también es responsabilidad de los dirigentes que cambiaron de un proyecto futbolístico, el de Mariano Soso, a otro completamente distinto como el de Diego Dabove, cuyo ciclo parece estar atado a la paciencia, eso que en el fútbol argentino no abunda.

Foto destacada: @futbolclDato

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